En el manifiesto leído Márquez
dice que esa insurgencia, que toma el nombre y símbolos de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC), no tiene como objetivo soldados ni policías
"respetuosos de los intereses populares", sino que será "esa
oligarquía excluyente y corrupta, mafiosa y violenta que cree que puede seguir
atrancando la puerta del futuro de un país". En ese sentido asegura:
"Una nueva modalidad operativa conocerá el Estado. Solo responderemos a la
ofensiva".
Igualmente prometen su
"desmarque total de las retenciones con fines económicos", en una
aparente referencia a los secuestros, pero buscarán "el diálogo con
empresarios, ganaderos, comerciantes y la gente pudiente del país, para buscar
por esa vía su contribución al progreso de las comunidades rurales y
urbanas".
Iván Márquez agrega que desde
la firma de la paz, que tuvo lugar en noviembre de 2016, "y del desarme
ingenuo de la guerrilla a cambio de nada" no se ha detenido la matanza de
líderes sociales y de exguerrilleros y culpa al Estado de no cumplir o pactado.
"En dos años, más de 500 líderes y lideresas del movimiento social han
sido asesinados, y ya suman 150 los guerrilleros muertos en medio de la
indiferencia y la indolencia de un Estado", expresa.
En seguida añade: "Todo
esto, la trampa, la traición y la perfidia, la modificación unilateral del
texto del acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado,
los montajes judiciales y la inseguridad jurídica, nos obligaron a regresar al
monte".
Al final del manifiesto leído
por Márquez, Santrich, que tiene una orden extradición
por parte de Estados Unidos bajo cargos narcotráfico, interviene
para lanzar la arenga "Vivan las FARC-EP", que el resto de
guerrilleros responde con un "¡Viva!".
La víspera, la Fundación Paz y
Reconciliación había advertido en un informe presentado en Bogotá que los
grupos disidentes de las FARC, que estaban en un proceso de
"bandolerización" sin carácter político, y antiguos líderes de ese
grupo armado se estaban juntando y podrían conformar una nueva guerrilla el año
próximo.
"La información que
tenemos es que se está juntando la disidencia política y armada. Eso da la
posibilidad y el riesgo hacia el año entrante de la conformación, otra vez, de
un grupo guerrillero en Colombia distinto al ELN", aseguró el director de
la Fundación, León Valencia. Hay Mas.-
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